¿Cómo funciona la terapia de luz roja?

Cada uno recarga sus baterías de forma distinta. Y cuando se agotan, no funcionamos, o al menos no de forma eficaz. Las células de nuestro cuerpo funcionan de manera similar. Cuanta más energía tienen, más activas pueden estar. Esto significa que logran más. Y como confirmó la NASA en 1996, la luz roja y la luz cercana al infrarrojo actúan como su cargador.

Energía para cada célula de tu cuerpo

1. Mitocondrias

… se encuentran en casi cada célula de tu cuerpo. No solo una, sino cientos o miles. Estas diminutas centrales eléctricas producen toda la energía (ATP, trifosfato de adenosina) que las células necesitan para vivir.

Funcionan, existen y siguen multiplicándose. Y eso es esencial, ya que nuestro cuerpo está construido a partir de ellas.

2. Luz roja

… y la cercana al infrarrojo (NIR) están entre las fuentes de energía fundamentales. Sin embargo, la mayoría de nosotros recibe muy poca.

Pasamos hasta el 90 % del tiempo en interiores, en coches, en el trabajo o descansando en casa.  Como resultado, las mitocondrias producen menos ATP y, por tanto, menos energía. Esto le pasa factura a tu cuerpo.

3. Impulsar la energía

… de tus células es algo en lo que puedes ayudar. Solo tienes que proporcionarles las longitudes de onda que utilizan como fuente de energía procedente de la luz solar. Estas longitudes de onda ayudan en la respiración celular. En concreto, 610 a 760 nm para la luz roja, que beneficia sobre todo a la piel.

La luz cercana al infrarrojo, entre 760 y 1,400 nm, penetra mucho más, llegando a músculos, huesos, articulaciones y órganos.

4. Cuerpo humano

… se beneficia de la mayor energía celular. Esto repercute en la regeneración, en los niveles de energía general y en la reducción de los procesos inflamatorios del organismo.

La luz roja y la cercana al infrarrojo influyen directamente en cuánto puede soportar tu cuerpo y en lo rápido que se recupera, ya sea músculos, piel, articulaciones o incluso tu sistema inmunitario.

5. Vida

… se vuelve un poco mejor gracias a ello. Porque disponer de suficiente luz roja afecta no solo al rendimiento deportivo, sino también a la vida diaria. Y sobre todo te afecta a ti. Te sentirás mejor porque tu cuerpo funcionará.

En lugar de pasar horas al sol, bastan unos minutos delante de un panel MITO LIGHT® o debajo de él. Y todo esto sin la temida radiación UV.

¿Y el resto de la radiación infrarroja?

Funciona con un mecanismo diferente. En lugar de ser un cargador de energía, nuestro cuerpo la percibe como calor. Esto hace que las moléculas vibren y aumenta la temperatura. Y esto conlleva riesgos.

Puede provocar sobrecalentamiento, lo que puede causar daño o destrucción celular. Por eso la hemos excluido de los paneles MITO LIGHT®. En cambio, con las longitudes de onda de la luz roja y la cercana al infrarrojo, tus células obtienen el máximo beneficio. Y tú también.

¿Sabías que…?

… los efectos de la terapia con luz roja se descubrieron por accidente?

La NASA estudió cómo los diodos de luz roja afectan a las plantas en el espacio. Descubrieron que las plantas crecían significativamente más rápido. Además, los científicos implicados en el experimento experimentaron una cicatrización más rápida de lesiones y problemas cutáneos. Con el tiempo, se comprobó que ayudaba a proteger los músculos y los huesos de los astronautas.

… las mitocondrias contienen una matriz?

Este citoplasma contiene menos del 50 % de agua y está repleto de proteínas y coenzimas, ADN mitocondrial y ARN. También puede actuar como reservorio de calcio.

… las células pueden asfixiarse?

Esto se debe al óxido nítrico (NO), que se une a la citocromo c oxidasa. El NO impide la respiración celular, proceso que produce energía. La luz roja los separa, permitiendo que la citocromo c oxidasa continúe su trabajo.

… no todas las células contienen mitocondrias?

Existen dos tipos básicos de células. Las células procariotas más pequeñas y de estructura más simple, como las bacterias, carecen de mitocondrias. Las células eucariotas más grandes y complejas, como las de animales, plantas y algas, sí las tienen.

Preguntas frecuentes